Hoy escribo este post, tras hacer una reflexión. Cualquier persona puede sufrir la terrorífica enfermedad del cáncer, y unos de los cánceres con los que nos encontramos es con el cáncer de mama, que siempre lo asociamos con una enfermedad del género femenino, pero, desgraciadamente, también afecta a los hombres.
Cuando una mujer se palpa un bulto en el pecho, o en una revisión rutinaria detectan un tumor en la mama, en ese momento «se te cae el mundo encima»
Las mamas, para las mujeres son un símbolo de identificación, un símbolo de belleza, y además el referente, en muchas ocasiones de ser madre (cuando una mujer es madre, por lo general amamanta a sus hijos)
Al detectar un tumor en la mama, el tratamiento es «quitarlo», además de otros tratamientos como son la radioterapia para disminuirlo y la quimioterapia, para acabar con las células malignas. Todo este proceso genera mucha angustia, depresión, ansiedad, dolor, incertidumbre… Y parece que «no termina nunca». Cuando, al final, te sometes a cirugía te extirpan la mama, a veces, si se puede, reconstruyen en el momento y sales de Quirofano con una «mama falsa» y no notas tanto esa mutilación, otras veces, no se puede reconstruir en el momento y hay que esperar, y te ves esa mutilación, y por mucho que existan sujetadores con relleno, no es lo mismo, te duchas y ves que te falta esa mama, o que tienes una mama falsa, pero no tienes siquiera tu areola, no te quieres ver al espejo, te sientes «enferma» ves que te falta una parte de tí.
Se ha pasado por una quimio y radioterapia, se ha caído el pelo, las cejas, ahora esta situación…
Como enfermera que soy, creo que la labor para ayudar a recuperarse de estas situaciones es muy importante, ya que salud no es sólo ausencia de enfermedad, sino que es también bienestar tanto físico como psíquico, y con mi labor contribuyo a ello. Realizo primero la micropigmentación de las cejas, antes de llegar a la mastectomia, cuando la persona se va a someter a la quimio. De esta forma, marco las cejas originales, de forma que cuando se cae el pelo, al estar marcadas, el efecto óptico hace que te veas al espejo y no sientas cara de enferma, y que, ya que la cara refleja todo, evitar, en la medida de lo posible esas preguntas incómodas cuando vas paseando por la calle de «¿Pero qué te ha pasado?» El segundo tratamiento que realizo tiene lugar después de todo el proceso quirúrgico, una vez reconstruida la mama ( se puede reconstruir con prótesis o con colgajos, la reconstrucción la realizará siempre un cirujano plástico, y realizará la reconstrucción que sea más adecuada para cada caso) consiste en la micropigmentación de la areola con pezón. No deja de ser una areola artificial, pero el beneficio psicológico es inmenso, ya que se vuelve a recuperar la autoestima, te duchas y ves que tienes otra vez tu cuerpo, te puedes volver a mirar al espejo, vuelves a sentirte tú misma, te vuelves a aceptar y, el mero hecho de verte la areola en la nueva mama, hace que, en parte olvides la enfermedad o los aspectos negativos de ésta (ya que el ver la mama mutilada o al no ver reconstruida completamente la mama, que se logra cuando ya está la areola, hace que se recuerden los aspectos negativos de la enfermedad)
Por eso, creo que, siempre realizado por profesionales cualificados, no por cualquier persona, estos tratamientos son fundamentales para la recuperación de la salud, y para poder sobrellevar el proceso lo mejor posible. Hay que llevar, además, unos cuidados de la piel antes y después de la pigmentacion, así como de la zona pigmentada, y un seguimiento de la zona tratada.
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